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part01
Aired February 20, 2024

Fly With Me (español)

Querían ver el mundo y terminaron cambiándolo.

Film Description

Fly With Me cuenta la historia de las jóvenes pioneras que se convirtieron en auxiliares de vuelo en una época en la que las mujeres solteras no podían pedir una bebida, comer solas en un restaurante, tener una tarjeta de crédito ni obtener una receta para métodos anticonceptivos. Convertirse en “azafatas”, como se les llamaba, ofrecía oportunidades inauditas: viajes, glamur, aventura e independencia. Aunque a menudo les criticaron su feminismo, estas mujeres estuvieron a la vanguardia de la lucha por garantizar la igualdad de género y transformar los lugares de trabajo. Con relatos de primera mano, historias personales y abundante material de archivo, la película cuenta la historia vital y olvidada de las mujeres que cambiaron el mundo mientras lo recorrían volando.

Credits

EDITED BY
CHARNELLE "CHA" QUALLIS

PRODUCED BY
HELEN DOBROWSKI

WRITTEN BY
SARAH COLT

DIRECTED BY
SARAH COLT & HELEN DOBROWSKI

ORIGINAL MUSIC BY
TROY HERION
 
POST PRODUCTION SUPERVISOR
NATHAN MANLEY

ASSOCIATE PRODUCER
TALIA MOORE
 
ARCHIVAL PRODUCTION ASSISTANT
JACKSON BYRNE
 
FIELD PRODUCER
PETER J. BRANT
 
ASSOCIATE PRODUCER
REBECCA NEWMAN

DIRECTOR OF PHOTOGRAPHY
JASON LONGO
JOHN BAYNARD
 
ADDITIONAL PHOTOGRAPHY
ANTONIO ROSSI
 
PRODUCTION SOUND
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JOHN O’CONNOR
MARK MANDLER
ADAM MCCOLLOM
GABRIEL MONTS
DANIEL SELBY 

PRODUCTION ASSISTANTS
MAGGIE CHERNOVETZ
ANAHI DE LA CRUZ
KYLE KULL
ALEXA MATHISEN
JENNIFER TURNER
 
HAIR & MAKEUP ARTISTS
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GLYNNE DAVIES
ELIZABETH WEEKES
 
RE-RECORDING MIXER & SOUND SUPERVISOR
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AUDIO POST @ B, LLC
 
COLORIST
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DESIGN & ANIMATION
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DIRECTOR OF DESIGN & ANIMATION
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ANIMATION PRODUCER
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DESIGN & ANIMATION TEAM
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SPANISH TRANSLATION
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AMERICAN EXPERIENCE ORIGINAL PRODUCTION FUNDING PROVIDED BY
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A SARAH COLT PRODUCTIONS FILM FOR AMERICAN EXPERIENCE.

AMERICAN EXPERIENCE IS A PRODUCTION OF GBH, WHICH IS SOLELY RESPONSIBLE FOR ITS CONTENT.
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ALL RIGHTS RESERVED.

Transcript

♪ ♪

Casey Grant, escritora: Las azafatas eran glamorosas. Eran hermosas. Eran elegantes. Parecía que el mundo era suyo. Y yo quería esa vida.

Mujer, material de archivo: No puedo esperar a ver todos los lugares de los que tanto he oído hablar: París, Roma, Bangkok, Buenos Aires…

♪ ♪

Ann Hood, escritora: Cuántas chicas como yo, de un pueblo pequeño, miraron a una azafata y pensaron: “Ese es el mejor trabajo del mundo”.

Hombre, material de archivo: Rosemary: Me gustaría hablar contigo sobre cómo servir el café. Has estado vertiendo desde demasiado alto.

Julia Cooke, escritora: Ningún otro trabajo ofrecía tanta libertad a un costo tan alto de conformidad.

♪ ♪

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: No se esperaba que tuviéramos opiniones. Debíamos servir y lucir glamorosas.

Joan Rivers, material de archivo: ¿Dónde está la azafata cuando la necesita una mujer, eh? En ningún lado, ocupada con los hombres. Café, té, lo que quiera, hola, hola, hola.

Hombre, material de archivo: Oye, ¿qué tal un café? Y hazlo caliente.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Vendiendo sexo en lugar de seguridad.

Mujer, material de archivo: (risita). Ah, discúlpennos.

Mujer, comercial, material de archivo: ¿Recuerdas cómo era antes de que hubiera alguien más, allá arriba, que te ama? ¿Recuerdas?

Kathleen Heenan, auxiliar de vuelo: Odiaba eso.

Kathleen M. Barry, historiadora: Las aerolíneas contrataban a mujeres que eran independientes y curiosas. Y me sorprende que las aerolíneas esperaran que fueran un grupo dócil, ¿por qué lo serían?

Timbre

Presentador de noticias, material de archivo: TWA lleva más de un mes cerrada por una huelga de azafatos y azafatas.

♪ ♪

Texto: Las Barbies se revelan.

Texto: Azafatas demandan por discriminación.

Texto: Azafatas luchan contra las reglas.

Texto: Prejuicio Racial

Texto: Azafatas luchan para poder casarse.

Sonia Pressman Fuentes, abogada: No creo que nos hayamos dado cuenta de que lo que estábamos haciendo era revolucionario.

Patricia Ireland, escritora: Las azafatas jugaron un papel importante en el lanzamiento del movimiento feminista.

Dorothy Sue Cobble, historiadora: Abordaron cuestiones económicas, pero también se enfocaron en cuestiones como la apariencia, el cuidado personal y el control sobre el cuerpo de la mujer.

Victoria Vantoch, escritora: ¿Cómo pasaron estas mujeres de ajustarse a los estereotipos de género a luchar por la igualdad de género en el trabajo?

Manifestantes aplauden

Kathleen Heenan, auxiliar de vuelo: Yo era auxiliar de vuelo de TWA. Pero fui una activista durante el cambio. Estuve ahí.

Multitud cantando

♪ ♪

Motor de un auto retumbando

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: Una de mis mejores amigas tenía un hermano que compró un Corvette. Estaríamos en la calle y ella diría: “¿A dónde quieren ir?”. Y yo diría: “Vamos al aeropuerto”.

Ann Hood, escritora: En la secundaria, convencí a mi amiga Nancy de que deberíamos ir de viaje al terminar el tercer año. Y ese junio, nos fuimos. Duré una semana de compras buscando el atuendo que me iba a poner en el vuelo.

Voces de fondo

Undra Mays, auxiliar de vuelo: Mi primer vuelo, tenía unos ocho o nueve años. Estábamos vestidos con ropa elegante, calcetines con encaje blanco en los bordes. Pensé: “Es como la Pascua”. Había estado en barcos antes y pensé: “Bueno, esto va a ser similar a un barco”. Cuando empezamos a andar, “esto es más como una montaña rusa”.

♪ ♪

Ann Hood, escritora: Recuerdo el despegue. (timbre). Recuerdo jugar con el aire. Tenía mi propio ventilador echando una brisa suave sobre mi cara. No podía creer cuando me dieron de comer. Me sirvieron el desayuno y estaba delicioso. Huevos revueltos, salchichitas y un plato con frutas. Y quedé deslumbrada desde que me subí al avión.

♪ ♪

Editada por: Charnelle “Cha” Quallis

Producida por: Helen Dobrowski

Undra Mays, auxiliar de vuelo: Pensé: “Así debe sentirse estar en el cielo. Tengo que estar cerca del cielo”. Fue lo más bonito que yo haya sentido, estar en el aire.

♪ ♪

Escrita por: Sarah Colt

Dirigida por: Sarah Colt y Helen Dobrowski

Julia Cooke, escritora: Muchos de nuestros avances como seres humanos provienen de viajar. Es un impulso increíblemente humano, aun así, la verdad es que estuvo restringido para las mujeres hasta el siglo XX. Estas nuevas tecnologías aparecieron, permitiendo que los humanos se movieran y las mujeres querían participar.

♪ ♪

Ann Hood, escritora: Ellen Church era una enfermera que obtuvo la licencia de piloto. Sabía que la aviación era el futuro.

Rotores zumbando

Phil Tiemeyer, historiador: Pero como las aerolíneas se negaron a aceptar que una mujer pudiera ser piloto, la idea de Ellen era: “Si no me van a dejar ser piloto, al menos, tal vez, me dejen ser auxiliar de vuelo”.

Motor funcionando

Kathleen M. Barry, historiadora: A finales de los años veinte, se ve una era experimental en la que las aerolíneas están probando diferentes modelos de servicio de cabina. El modelo más obvio sería el de los maleteros de Pullman.

Suena la campana del tren

Mia Bay, historiadora: Pero desde hace mucho se ha asociado el conocimiento tecnológico a la supremacía blanca. Y ellos no creen que las personas negras tengan el tipo de autoridad para ayudar a la gente a superar los desafíos de volar.

Dorothy Sue Cobble, historiadora: Así que las aerolíneas pensaron: “Probablemente queremos hombres blancos porque esta podría ser una posición desde la cual ascender a puestos directivos”.

Febrero, 1930

Ann Hood, escritora: Ellen Church fue a San Francisco a la oficina de lo que más tarde sería United Airlines. Y fue a donde un ejecutivo y le dijo: “Creo que, si hubiera enfermeras en los aviones, más gente volaría. Están tratando de atraer pasajeros, pero la gente piensa que es peligroso. La gente se enferma. Una enfermera podría tranquilizar y cuidar a los pasajeros”. (motor zumbando). Los aviones no estaban presurizados, volaban a menos de 3 000 metros. Y eso significa que sientes cada sacudida. Siempre había turbulencia.

Victoria Vantoch, escritora: No había sistemas de circulación. Entonces podías oler el aceite caliente y el desinfectante que usaban para limpiar después de que los pasajeros se mareaban. (voces de fondo). Ir de costa a costa tomaba como mínimo 28 horas. A menudo los aviones quedaban en tierra en medio de la nada, los pasajeros tendrían que esperar varios días hasta que el clima se despejara. Era toda una aventura, (riéndose), en lugar de una forma confiable de viajar.

Phil Tiemeyer, historiador: Volar era aterrador. No podías conseguir una póliza de seguro de vida que te cubriera si volabas en aviones porque la tasa de mortalidad era algo que nadie quería asegurar.

♪ ♪

Kathleen M. Barry, historiadora: La idea es que, si estás animando a la gente a volar, especialmente a los hombres, en una época en la que volar puede dar miedo… (risa)… si pones jóvenes mujeres blancas en el avión, entonces ellos van a pensar: “Bueno, si a estas mujeres les parece bien volar, a mí también”.

♪ ♪

Julia Cooke, escritora: Ellen Church estaba convencida de que las mujeres querrían hacerlo y tenía toda la razón. Cantidades de ellas aparecieron.

♪ ♪

Dorothy Sue Cobble, historiadora: El enfoque en contratar solo mujeres tenía muchas ventajas, pensaron los ejecutivos de las aerolíneas.

Phil Tiemeyer, historiador: Las aerolíneas se dieron cuenta de que a los pasajeros les llamaba más la atención que una mujer hiciera el trabajo (riendo), por el encanto y atractivo que ella aportaba a una experiencia que de otro modo sería excepcionalmente desagradable.

♪ ♪

Resuena el silbato de un barco

Pasajeros celebrando

Patricia Ireland, escritora: Durante la Segunda Guerra Mundial, las mujeres desempeñaron todo tipo de trabajos no tradicionales. (celebración y aplausos). Cuando los soldados y los marineros volvieron a casa, tuvo lugar un esfuerzo conjunto para expulsar a las mujeres de los lugares de trabajo.

Banda tocando

Gritos

Hombre, material de archivo: ¡Marchan las tropas! ¡Mano de obra en masa!

Patricia Ireland, escritora: Las mujeres pobres o de color terminaron regresando a los trabajos peor pagados. Se asumía que las mujeres de clase media, volverían al hogar.

♪ ♪

Hombre en Papá lo sabe todo: Margaret, ¡llegué a casa!

Margaret en Papá lo sabe todo: Estamos en la cocina.

Patricia Ireland, escritora: En la década de 1950, tenía muy claro cuáles eran los roles que las mujeres se suponía que deberían tener.

Narrador de una película: El hogar estadounidense. Hoy en día, es quizás el trabajo más importante del mundo.

Patricia Ireland, escritora: Se reflejaba en la televisión y en los libros que yo leía. Se reflejaba en los ejemplos que usaban en las lecciones escolares.

Presentador en Papá lo sabe todo: Papá lo sabe todo.

Patricia Ireland, escritora: Lo absorbí. No lo cuestioné en absoluto. Así eran las cosas.

Casey Grant, escritora: De niña, soñaba con ser enfermera. Y luego, por supuesto, quería ser mamá. Éramos una familia feliz. Así que pensé: “Oh, estaría bien hacer eso: tener hijos, marido y el sueño americano”.

♪ ♪

Sonia Pressman Fuentes, abogada: Había todo tipo de expectativas diferentes para hombres y mujeres. Básicamente, se consideraba que eran dos tipos diferentes de seres humanos. Se suponía que los hombres eran los líderes: los presidentes, los periodistas, las personas que tomaban los trabajos peligrosos e importantes. Se esperaba que las mujeres se casaran y formaran una familia. Pero antes de eso, se esperaba que trabajaran en varios puestos de nivel inferior: secretarias… (suena el teléfono), recepcionistas, bibliotecarias, maestras, no se esperaba que tuvieran carreras. Mis padres se oponían a que fuera a la universidad. Esperaban que me casara y formara una familia. Pensaban que ya de por sí, el hecho de haber sido buena estudiante, me iba a dificultar conseguir marido.

♪ ♪

Narrador de una película: ¿Es así de tarde? Papá llegará en cualquier momento. Será mejor decirle a mamá que la necesitan en la cocina. El hermano tiene una hora antes de la cena para ponerse al día con sus deberes.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Mis padres solo podían permitirse el lujo de enviar a un hijo a la universidad y ese fue mi hermano.

Narrador de una película: Ahora, madre e hija dan los últimos toques a la cena.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Así pensaban los padres en esa época. Mi hermano iría a la universidad. Yo iría a la escuela de secretariado, me casaría y les daría nietos.

♪ ♪

Motores retumbando

Victoria Vantoch, escritora: Después de la Segunda Guerra Mundial, la industria aérea introdujo el DC-6 con cabina presurizada, por lo que los aviones ahora podían volar más alto, tranquilo y rápido, y llevar más pasajeros.

Phil Tiemeyer, historiador: El cliente que está sentado en los asientos va a experimentar volar como algo bastante cómodo. Tienes asientos lujosos…

Auxiliar de vuelo, material de archivo: ¿Le gustaría cenar, señor?

Phil Tiemeyer, historiador: Te van a servir cocteles.

Auxiliar de vuelo, material de archivo: ¿Y usted, señorita?

Mujer, material de archivo: Oh, se ve delicioso.

Phil Tiemeyer, historiador: Estaban vendiendo comodidad, lo que significaba que ya no necesitabas una enfermera. Este es el momento en que esta profesión viene a asociarse de manera considerable con las mujeres y la ocupan mujeres, casi exclusivamente.

Crujido de papel

Ann Hood, escritora: Recuerdo leer este libro en el séptimo grado: Cómo convertirse en azafata de una aerolínea y la primera frase era: “¿Te gustaría tener un novio en cada ciudad del mundo?” (riendo). Yo era como: “Sí, por favor”. Pero también: “quiero ir a todas las ciudades del mundo”.

♪ ♪

Julia Cooke, escritora: Ser azafata era el mejor trabajo posible para las chicas buenas que anhelaban algo interesante y fuera de lo común. Una mujer podía ir a diferentes lugares y ver cosas diferentes y llamar la atención. Pero al mismo tiempo, estaba haciendo algo que todavía era muy del estereotipo femenino.

Texto de un folleto: Ahora… para ti, una carrera gratificante como auxiliar de vuelo de una aerolínea.

Texto un folleto: ¡Estoy enamorada de mi trabajo como auxiliar de vuelo de Delta!

♪ ♪

Phil Tiemeyer, historiador: Si enviabas una solicitud para ser azafata, te iban a examinar en detalle, ante todo, tu apariencia.

Presentador de noticias, material de archivo: Para calificar en la mayoría de las aerolíneas, ella debe tener buena salud y peso normal.

Ann Hood, escritora: Había un gráfico y ni siquiera te entrevistaban si tu altura y tu peso estaban por encima de los de la gráfica.

Phil Tiemeyer, historiador: Si pasas en lo físico, entonces lo que buscan es a alguien que vaya a recibir bien las órdenes. Necesitan empleados dóciles.

Aplauso

Julia Cooke, escritora: Los requisitos educativos para las azafatas variaban mucho según la aerolínea. En Pan Am tenías que haber ido a la universidad y hablar dos idiomas.

Ann Hood, escritora: El trabajo de mis sueños era con Pan Am o TWA, y Pan Am casi me contrata, pero reprobé el examen de francés. Pasé el agotador proceso de entrevistas con TWA y cuando recibí la carta de aceptación no lo podía creer. Nos llevaron en avión a Kansas City por seis semanas. Llegué en enero, frío helado, la nieve hasta acá, la chica más feliz del mundo.

Patricia Ireland, escritora: El entrenamiento se llevó a cabo en Miami. Las seis semanas implicaban aprender los procedimientos de los servicios. ¿Cómo se hace café en el avión? ¿Cómo operas los hornos? ¿Cómo mezclas las bebidas? ¿Dónde se mezclan? ¿Cómo se sirven?

Julia Cooke, escritora: Hubo segmentos para comprender la física de volar.

Instructora, material de archivo: En caso de una pérdida repentina de presión en la cabina, las máscaras de oxígeno se liberarán automáticamente.

Julia Cooke, escritora: Había segmentos sobre seguridad.

Instructora, material de archivo: Cómo ponerse el cinturón de seguridad y les voy a mostrar la posición de brazos.

♪ ♪

Ann Hood, escritora: Parte de nuestra formación en seguridad se realizó en aviones modelo. (gritos). Tenían grabaciones de gente gritando. Podían hacer salir humo. Podían hacerte sentir como si estuvieras en un accidente aéreo. (gritos).

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Tienes que poder evacuar cualquier avión en 90 segundos.

Silbido

Julia Cooke, escritora: La aerolínea sabía que, para un gran número de pasajeros, este sería su primer vuelo. Estarían en un tubo de metal a más de 10 000 metros y cualquier temor que tuvieran estaba justificado, por lo que querían que las azafatas supieran mucho y tuvieran la habilidad de tranquilizar al pasajero.

Instructora, material de archivo: Levanten el mentón. Párense derechas. Muy bien. Está bien.

Julia Cooke, escritora: Cuando contrataron mujeres por primera vez en los aviones, el argumento era que solo tener una chica dispuesta a volar, ayudaría a vender boletos. En los años cincuenta, el tono había cambiado. El gobierno fijaba los precios, las aerolíneas tenían que competir con la imagen y las cosas extra.

Kathleen M. Barry, historiadora: Las aerolíneas quieren transmitir una visión de lujo y domesticidad. Los auxiliares de vuelo son el eje de esto como anfitriones.

Julia Cooke, escritora: Querían a alguien que fuera estereotípicamente hermoso. De esa forma, una aerolínea se podía distinguir y atraer a una clientela que en su mayoría era masculina.

Kathleen M. Barry, historiadora: Las aerolíneas querían un estándar visual del aspecto encantador de una azafata.

♪ ♪

Patricia Ireland, escritora: A todas nos cortaban el pelo justo a la altura del mentón. Todas nos deberíamos ver igual: tanto el pelo, como el maquillaje. Lápiz labial rojo: obligatorio. La idea era, creo yo, convertirnos en piececitas de una máquina y no considerarnos a nosotras mismas como individuos.

Kathleen Heenan, auxiliar de vuelo: En nuestra foto de graduación, parecemos 20 maniquíes sentadas en dos filas. Cuando la vi, no pude encontrarme. (riendo). Esa fue la... la primera cosa fue: “¿Dónde estoy yo en esta fotografía?”.

♪ ♪

Patricia Ireland, escritora: Las supervisoras de aseo eran antiguas azafatas. Su trabajo consistía en asegurarse de que los tacones midieran 7 centímetros, que tuvieras guantes realmente blancos, que las medias no tuvieran una carrera, que los zapatos estuvieran lustrados.

Jean Montague, auxiliar de vuelo: Te miraban de arriba abajo y una chica te hacía así en las nalgas para ver si tenías la faja puesta.

♪ ♪

Dusty Roads, auxiliar de vuelo: Tenían una hoja de papel con el aspecto correcto: pelo, uñas. No podías ser demasiado llamativa.

♪ ♪

Kathleen M. Barry, historiadora: Necesitabas entender muy bien el comportamiento de la clase media: el habla, los modales y el aplomo, como dirían las aerolíneas.

Patricia Ireland, escritora: Nos dijeron que no dudarían en echarnos de esa clase si no hacíamos las cosas correctamente.

Instructora, material de archivo: ¿Puedo ofrecerle un cigarrillo, señor?

Hombre, material de archivo: Oh, no gracias. Tengo un buen cigarro.

Instructora, material de archivo: Bueno, puedo apagárselo entonces, ¿señor?

Hombre, material de archivo: ¿Apagarlo? ¡Lo acabo de encender!

Instructora, material de archivo: A algunos de los pasajeros les molesta un poco… ya saben cómo es con las personas que no fuman cigarros.

Patricia Ireland, escritora: Y la forma correcta incluía ser siempre amigable con todos.

Instructora, material de archivo: Verán, pueden manejar casi cualquier situación con tan solo sonreír, con convicción.

Kathleen M. Barry, historiadora: Es lo que se espera, es parte del trabajo, actuar como si tu sonrisa fuera auténtica y todo lo que estás haciendo lo haces porque te gusta ser una amable anfitriona.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Si no les gustaba algo que hacías o decías o cómo reaccionabas, esperaban al final de la clase, te daban un golpecito en el hombro, te llevaban a tu habitación, hacían las maletas y te enviaban a casa.

♪ ♪

Motor de avión zumbando

Narrador, material de archivo: El asombroso jet finalmente cobra vida en 1959. Nueva York a París: siete horas. Aquí está el Boeing 707.

♪ ♪

Ann Hood, escritora: De repente, podías estar en París. No en un barco que tomaba semanas, eran horas.

Mujer por altavoz

Victoria Vantoch, escritora: Los jets eran un símbolo del avance tecnológico. Era una señal de que los estadounidenses iban a poder dominar el mundo.

Piloto, material de archivo: Damas y caballeros: les habla su capitán. Estamos a la altitud de crucero, 11 000 metros.

Phil Tiemeyer, historiador: Ahora tienes un avión que puede viajar dos veces más rápido que con hélices y puede acomodar más personas. Así que es fundamental que la aerolínea comience a ampliar su clientela porque ahora tiene más asientos que llenar. Empiezan a atender no solo exclusivamente al viajero de negocios. Empiezan a pensar: “¿Qué tal si trae a su esposa? ¿Qué tal si trae a sus hijos?”.

♪ ♪

Victoria Vantoch, escritora: Es en este momento que volar se convierte en un transporte masivo. Esa es la visión.

Piloto, material de archivo: Este es de nuevo, su capitán. Si aún no han cambiado sus relojes para ajustarse a la diferencia de hora, les sugiero que lo hagan ahora.

Multitud gritando

Clic de los obturadores

Phil Tiemeyer, historiador: La era del jet es tecnológica, pero también es de aspiraciones. (multitud gritando). Es el anhelo de los estadounidenses comunes y corrientes; participar de las vidas glamorosas de las celebridades.

Multitud gritando

Clic de los obturadores

Phil Tiemeyer, historiador: El trabajador de una fábrica que celebra su jubilación después de 30 años de trabajo, podría ser como Sinatra, volar a Perú y tener unas vacaciones encantadoras.

♪ ♪

Voces de fondo

Victoria Vantoch, escritora: Las azafatas están en el centro de las campañas publicitarias de la era del jet. Este es un nuevo tipo de mujer: ella es sofisticada y está muy a la moda. Cada aerolínea lanza nuevos uniformes. Lo llaman el “look de la era del jet”.

Ann Hood, escritora: Ver a la tripulación caminando en sus uniformes azul claro, los gorros de azafata y tacones altos; era un espectáculo digno de ver. Quiero decir, era la definición de glamur.

Casey Grant, escritora: ¿Eres azafata? Estabas al nivel de una celebridad, una estrella de cine. Abría las puertas a todo: discotecas, fiestas, podías colarte a una boda y decir que eras una azafata.

Motor de un jet zumbando

♪ ♪

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Si quería volar con mi amiga Lynn y yo tenía menos experiencia que ella, podía adoptar su antigüedad y podíamos volar juntas. O podíamos intercambiar vuelos. Si sabías que querías ir a París con tu mejor amiga, cambiabas para estar en ese vuelo.

♪ ♪

Kathleen Heenan, auxiliar de vuelo: Fui a París, Roma, Atenas. Volé mucho a Londres y a Frankfurt. Había mucho para ver y hacer. Podrías ir a cortarte el pelo a Vidal Sassoon y luego salir a disfrutar de una cena realmente agradable. Realmente me cambió en términos de mi paladar. Solía ir a un restaurante favorito en Londres para comer pollo tandoori. (se ríe).

Patricia Ireland, escritora: Cuando aterrizamos, estaba en Ciudad de México y podía salir a cenar. Wow. Volver a subir al avión y volar a Centroamérica. Dios mío. Levantar el periódico en Guatemala a ver qué había para hacer.

Kathleen Heenan, auxiliar de vuelo: Me volví muy independiente. Me movía por estas ciudades extranjeras con comodidad.

Voces de fondo

Julia Cooke, escritora: En los años cincuenta y sesenta, las mujeres rara vez viajaban solas. Trabajar en un vuelo, especialmente uno internacional, te daba una excusa para viajar con total libertad. Ibas a estos países y te registrabas en un hotel con las otras azafatas. Y luego nadie sabía lo que hacías hasta que te aparecías en el siguiente vuelo.

Patricia Ireland, escritora: Me criaron en un entorno muy estrecho y protegido. Salí al mundo y me enfrenté a todas las cosas que el mundo tenía que ofrecer.

Kathleen Heenan, auxiliar de vuelo: Me dio mucha confianza en mí misma, el hecho de poder subirme a un avión e ir a algún lugar por mi cuenta y estar contenta. Eso no fue cierto para todas las personas con las que fui a la universidad o a la secundaria, que pudieran hacer eso o que quisieran hacerlo. Pero yo quería hacerlo y lo hice.

Julia Cooke, escritora: Este trabajo buscaba mujeres con ambiciones. Buscaba a una mujer que quisiera ver terrenos desconocidos. Una mujer cuya curiosidad fuera enorme, lo que ningún otro trabajo de esa era realmente quería. Fue increíble.

Pasa la página

Pat Banks Edmiston: Yo estaba buscando algo un poco diferente en mi vida. Estaba mirando una revista de modas. Y la revista tenía un anuncio para la Escuela de Carrera Aérea Grace Downs en Manhattan. Envié una solicitud de admisión y me aceptaron en 1956. Nunca había estado en un avión. Así que parte de esto era que nunca había estado en un avión. Esto es genial.

Victoria Vantoch, escritora: Las mujeres podían pagarle a la escuela y aprender a ser azafatas de una aerolínea. La expectativa, si te iba bien en la escuela, era que al final te contratarían y conseguirías trabajo como azafata.

Instructora, material de archivo: Bueno, esta es la puerta de la cabina principal donde estarán los pasajeros de primera clase…

Pat Banks Edmiston: Yo era la única estudiante de color en la escuela.

Instructora, material de archivo: … caminando recto, directo a...

Pat Banks Edmiston: No había maestros o estudiantes negros. (suena la campana). Recuerdo que teníamos una clase de maquillaje y alguien me maquilló la cara. (se ríe). Ahora me da risa porque quedé blanca. Y, cuando me miré al espejo, pensé: “Dios mío, ¿cómo voy a irme así a la casa?”. Obvio, no tenían maquillaje para personas de color.

Aplauso

Pat Banks Edmiston: Cuando te graduabas, las aerolíneas venían a la Escuela de Carrera Aérea Grace Downs a entrevistarte, a ofrecerte una posición en sus aviones. A mí me entrevistaron Mohawk Airlines, Capital Airlines, una de las aerolíneas más grandes del Sur, y TWA. A todo el mundo lo estaban entrevistando y contratando, pero yo no recibí ni una respuesta de ninguno de los maestros o de las aerolíneas. Poco después de las entrevistas, una de las azafatas a cargo me vio afuera y me dijo: “Pat, odio verte pasar por esto, pero las aerolíneas no contratan negros”.

♪ ♪

Pat Banks Edmiston: En el Sur, estaba al descubierto, cristalino, que los blancos tenían esta ventaja y que los negros no tenían ninguna ventaja. Yo estoy en Nueva York. No es tan claro o nítido. Sutil sí, había ciertas cosas que uno no sabía. Y cuando ocurrió la situación con las aerolíneas, me abrió los ojos por completo. Sí, esto existe acá.

♪ ♪

Keisha N. Blain, historiadora: Viajar en avión era muy caro y no era fácilmente accesible para la mayoría de los estadounidenses, mucho menos para los afroamericanos.

♪ ♪

Letrero: Sala de espera para blancos.

Letrero: Baños para hombres y mujeres de color.

Keisha N. Blain, historiadora: No sorprende que Pat Banks no entendiera completamente lo que estaba sucediendo.

Mia Bay, historiadora: Muchos aeropuertos en los años cincuenta estaban segregados o estaban comenzando a segregarse. Las aerolíneas usaban a veces un código especial. Si la gente llamaba desde un barrio negro o si la voz sonaba como si fuera de una persona negra, escribían el código especial en su boleto para indicar que tenían que sentarse separados de los demás.

Keisha N. Blain, historiadora: En ocasiones, a los afroamericanos los dejaban y les daban sus asientos a los pasajeros blancos.

Pat Banks Edmiston: Fui a casa y teníamos un vecino y lo llamé tan pronto llegué a casa y dije: “Pop, me dicen que no contratan negros”. Él me dijo: “Nos vamos a encargar de esto”. Me presentó a Adam Clayton Powell. Adam Clayton Powell me envió a la Comisión Contra la Discriminación de Nueva York.

Keisha N. Blain, historiadora: No existían leyes federales para proteger contra la discriminación laboral. Así que era muy importante que Pat presentara su caso en Nueva York porque Nueva York fue el primer estado en Estados Unidos que aprobó una ley contra la discriminación.

Titular del periódico New Herald Tribune: Mujer negra dice que la aerolínea discrimina racialmente al contratar.

Pat Banks Edmiston: Presenté una demanda contra Mohawk, Capital y TWA. El plazo de prescripción con Mohawk y TWA se había vencido, pero estaba en firme con Capital. La discriminación es algo muy difícil de probar.

Kathleen M. Barry, historiadora: Las aerolíneas no especifican que no van a contratar mujeres negras, pero no es necesario porque los manuales dirán cosas como: “¿Tiene manos suaves y blancas?”.

Mia Bay, historiadora: Hablan de que la gente no debería tener narices anchas o chatas. La gente no debería tener narices aguileñas, el pelo crespo, labios demasiado carnosos, indicando ciertos estereotipos raciales de judíos y negros. De hecho, incluyen suficientes detalles para garantizar que cierto tipo de personas no puedan conseguir empleo.

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Texto: Las candidatas deben ser solteras.

Texto: Estado civil: soltera.

Jean Montague, auxiliar de vuelo: Cuando me contrataron, no podías estar casada, punto. Un par de chicas lo hicieron a escondidas… (se ríe), pero no podías estar casada, no podías tener hijos.

Kathleen M. Barry, historiadora: Desde el principio, la mayoría de las aerolíneas prohibían explícitamente contratar mujeres casadas. A partir de 1953, American Airlines impone una nueva regla: las azafatas dejarán el trabajo a los 32 años.

Aplauso

Elaine Rock, escritora: Tomó un poco de tiempo, pero otras aerolíneas añadieron la regla de la edad.

Aplauso

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Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Querían contratarnos, que trabajáramos un par de años y que nos fuéramos.

Julia Cooke, escritora: Las aerolíneas querían mujeres que proyectaran una apariencia saludable, pero también un poco de disponibilidad sexual. Querían que fuera joven para que pareciera soltera sin tener que decirlo.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: United tenía vuelos desde Nueva York a Chicago llamados vuelos ejecutivos. Solo hombres podían comprar boletos en esos aviones.

Kathleen Heenan, auxiliar de vuelo: Cuando fui a la entrevista con TWA, firmé un papel que me entregaron y en él decía que yo me jubilaría a los 35 años. 35 años estaba muy lejos. Pensé que estaría casada y tendría hijos. Eso es lo que imaginaba: conocería al Señor Maravilla en primera clase y quedaría boquiabierta, etcétera, y sería feliz para siempre.

Phil Tiemeyer, historiador: El requisito de no estar casado, el requisito de permanecer por debajo de cierta edad, se trata realmente de asegurarse de que a las azafatas no les paguen mucho dinero, de que no vayan a recibir una pensión, de que no vayan a acumular vacaciones, lo cual habría sucedido si estuvieran en el año 15 o 20 de su carrera.

Dusty Roads, auxiliar de vuelo: Era dinero, dinero, dinero. ¿Cuánto crees que cuesta tener una excelente azafata de 32 años, con buen salario, con la máxima cantidad de vacaciones, que volará hasta los 60 y se jubilará? Si no estás casada, no estás teniendo bebés y estás contenta donde estás, buena suerte, cariño. Yo no quería dejar de volar. Volar era emocionante. Dios, sí que lo era. Todavía lo es, pero entonces era realmente emocionante.

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Kathleen M. Barry, historiadora: Los auxiliares de vuelo comenzaron a organizarse a finales de los años cuarenta. No estaban contentos con sus salarios ni con el trato condescendiente que les daban las aerolíneas.

Dorothy Sue Cobble, historiadora: Bastante rápido, empiezan a darse cuenta de que tendrían mayor poder de negociación si se unieran con otros trabajadores. Los pilotos crearon una división para azafatos y azafatas. Y algunos de los auxiliares de vuelo entraron al Sindicato de Trabajadores del Transporte.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Los sindicatos no eran algo en lo que yo pensara. Durante el entrenamiento, reprobé la sección de los contratos. No la entendí. Y no la entendí hasta que comencé a volar y me di cuenta de cómo la compañía se aprovechaba de las azafatas.

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: Siendo de Pittsburgh, estaba bastante familiarizada con los sindicatos. Así que, si había una reunión del sindicato, yo iba.

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Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: El procedimiento de reclamo era la solución ordenada de una disputa. Pensé: “Eh, esto es interesante. Como que me gusta”.

Dorothy Sue Cobble, historiadora: Los auxiliares de vuelo, los pilotos y los despachadores de equipaje querían recibir un pago justo. Querían más control sobre sus horas de vuelo. Pero las azafatas también tenían problemas que los hombres no enfrentaron. Cuando American Airlines dijo: “Vamos a poner en el contrato que las azafatas no pueden trabajar después de los 32 años”, el sindicato se opuso. Aun así, la regla entró en vigor. Pero lo que sí consiguieron fue un compromiso, lo que llamaron “una cláusula de derechos adquiridos” para que cualquier azafata a la que hubieran contratado antes de 1952 pudiera continuar. Salvó muchos puestos de trabajo.

Elaine Rock, escritora: Dusty no tenía que jubilarse cuando entró en vigor la regla de la edad. No tenía nada que perder. Dijo: “Quiero pelear esto. Esto está mal”. Y eso fue lo que la motivó a unirse al sindicato.

Dusty Roads, auxiliar de vuelo: Mi familia era muy republicana. (se ríe). Y los sindicatos eran malos, malos, malos, terribles. Nadie en mi familia había pertenecido a un sindicato. Eso era como: “Dios mío, ¡somos universitarios, no sindicalistas!”.

Elaine Rock, escritora: Se convirtió en vicepresidenta y presentaría reclamos en nombre de otras azafatas. Dusty irradiaba una sensación de seguridad. Hablaba con cualquiera que quisiera hablarle y muchos hombres lo hicieron. Como era muy atractiva, querían saber: “¿Quién es esta mujer?”.

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Dusty Roads, auxiliar de vuelo: Me enteré de que el Congreso estaba en sesión los martes, miércoles y jueves, y luego se iban a la casa el viernes. Así que ofrecí hacer el vuelo a Washington los lunes. Siempre tendría un grupo de congresistas a bordo y llegaron a conocerme. “Dusty, ¿cómo estás?”. Les dije: “Estoy muy molesta por esto. A mi mejor amiga la van a despedir porque tiene 32 años”. Dijeron: “¿Qué? ¿Las despiden?”. Aquí están estos tipos de 60 años.

Kathleen M. Barry, historiadora: Dusty, mientras vuela, está trabajando sus conexiones. Está aprovechando la visibilidad de las azafatas para obtener acceso a personas que pueden ejercer influencia en los círculos que crean políticas.

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Elaine Rock, escritora: En 1963, Dusty decide dar una rueda de prensa.

Voces de fondo

Dusty Roads, auxiliar de vuelo: Decir la palabra “azafata” en esa época era glamoroso. ¡Vaya que sí!

Elaine Rock, escritora: Reunió a cuatro azafatas que tenían menos de 32 años y a cuatro azafatas que tenían más de 32 años.

Dusty Roads, auxiliar de vuelo: Dije: “Actualmente, nos despiden a los 32 años. ¿Pueden decirme cuáles tienen 32 años?”. Y por supuesto, dijeron: “No, no, no, no”. Claro que me veía bastante bien.

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Kathleen M. Barry, historiadora: Las idea es básicamente: “Mírennos. ¿No nos vemos todas encantadoras?”. Es una especie de reto a las políticas de las aerolíneas. ¿Puede realmente decir quién ha pasado el límite de edad?

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Dusty Roads, auxiliar de vuelo: Aparecimos en todos los periódicos del país.

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Titular de un periódico: A los 32, demasiado viejas para volar, demasiado jóvenes para una pensión.

Julia Cooke, escritora: Estas mujeres estaban tratando de usar el sexismo que se ejercía en su contra para conseguir lo que querían: conservar sus empleos.

Titular de un periódico: A los 35 pregunta: ¿Me veo vieja y demacrada?

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Elaine Rock, escritora: Cuando las azafatas negociaron con el sindicato y sus directivos, American Airlines entró a la sala con una pila de periódicos de todo el país y los dejó caer sobre el escritorio y dijo: “Esa fue una artimaña interesante, niñas. En este momento, no vamos a negociar la regla de la edad”.

Jean Montague, auxiliar de vuelo: Es terrible que te despidan por tu edad. Pero yo tenía esperanzas porque sabía lo inteligente que era Dusty.

Dusty Roads, auxiliar de vuelo: Creía en el juego limpio. Fui presidenta de todo club al que pertenecí. Fui presidenta del Consejo Atlético Femenino y de mi hermandad. Conocía todas las reglas y las seguía. Y si no me gustaba una regla, la cambiábamos.

Elaine Rock, escritora: Dusty no estaba solo peleando contra las aerolíneas y la regla de la edad; estaba peleando la discriminación de género a nivel nacional.

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Titulares de periódicos: Chica negra dice que la aerolínea la rechazó. Pat Banks en tierra con todo y que tiene diploma de azafata. Chica en Nueva York demanda a Capital Airlines por discriminación al contratar…

Pat Banks Edmiston: Una vez que las cosas empezaron a aparecer en los periódicos, recibiría cartas. Cuando recibía cartas con amenazas, tenía que denunciarlo a la policía. Uno espera esas cosas. Sabía que iba a ser el centro de atención. Sabía que iba a recibir cartas negativas. Esto es algo: “Oh, aquí viene”. (suspira). Um. No podía lidiar más con el racismo. No podía lidiar más. No me parecía justo. Um… Soy igual a ti, así como tú eres igual a mí. Somos uno. Somos humanos. Y no nos vas a tratar más de esta forma.

Victoria Vantoch, escritora: Los planes de Pat quedaron a la espera mientras sus abogados investigaban el caso. Tenían que revisar las notas que había tomado el supervisor y ver quién cumplía con cuáles criterios. ¿Se podía comparar a Pat con las otras solicitantes? Estaban tratando de probar que ella era la típica niña estadounidense. Tocaba el violín, era respetable. Entonces, el elemento que la excluyó de la imagen de feminidad y americanidad fue su raza.

Pat Banks Edmiston: Estaba decidida a que alguien de ascendencia afroamericana consiguiera este trabajo.

Autos pasando

Victoria Vantoch, escritora: Finalmente, a finales de febrero de 1960, salió el fallo de Pat.

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Pat Banks Edmiston: Trabajaba para Con Edison e iba a la universidad de noche. Y había un tienda de dulces en la esquina donde tomaba el autobús para ir a casa. Cuando llegué a la tienda de dulces, el señor de la tienda me dijo: “¡Pat, Pat, ganaste el caso!”.

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Titular de un periódico: Le ordenan a la aerolínea contratar a un negro.

Pat Banks Edmiston: No podía esperar a llegar a casa. Mi madre dice: “Patsy, el teléfono no deja de sonar. ¡Ganaste! ¡Ganaste! ¡Ganaste!”. Dios mío.

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Pat Banks Edmiston: La corte ordenó a Capital Airlines que me contratara o el caso iría a la Corte Suprema. El presidente de Capital Airlines me llamó. No recuerdo su nombre, pero me llamó a disculparse y a darme la bienvenida al entrenamiento en Alexandria, Virginia. (se ríe).

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Pat Banks Edmiston: Era como: “lo logramos, ya no pueden salirse con la suya”. En este momento, soy joven. Me gusta salir con mis amigos y hacer cosas. Pero tenía que ser un ser humano perfecto. Y la única manera de hacerlo, era hacer mi trabajo, ir a la casa, volver. No haría nada que pudiera llevarme a cometer un error. (motor retumbando). Recuerdo que estábamos en un DC-3 y los DC-3 se mueven mucho. Un hombre me mira y me dice: “Cuando termine de trabajar, ¿podría tomar mi mano por favor?”. Y le dije: “Claro señor, me puedo sentar con usted”. Así que me toma la mano y me pregunta: “¿Ha estado en Montana?”. Le digo: “No, señor”. Me dijo: “El césped es hermosamente verde y los árboles son muy verdes”. Y dijo: “No hay negros ni borrachos”. (respira hondo). Estoy sosteniendo su mano. La palabra “negro” es algo que a mí no me dicen, pero gracias a Dios, me pude quedar sentada, sostener su mano y no responder. No respondí sino al llegar esa noche a mi casa. Este es el tipo de situaciones que ocurrían en donde realmente tenías que mantener la calma. Trabajé durante un año. Quería seguir adelante con mi vida, terminar mis estudios. Planeaba casarme así que decidí irme. Sentía que lo había logrado. La barrera se había derrumbado.

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Casey Grant, escritora: Cualquier duda que alguna empresa tuviera sobre si un negro era capaz de hacer el trabajo, Pat dejó el asunto en claro. Podríamos ir más allá de lo requerido en este trabajo.

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Keisha N. Blain, historiadora: Las compuertas no quedaron abiertas. En ese momento, se trató de salvar las apariencias. Se trató de dejar que unas pocas entren para evitar más demandas. Pat hace parte de un grupo de activistas que están presionando para que haya cambios, ciertamente a nivel local, pero aún más significativo, a nivel federal.

Gente murmurando

Mia Bay, historiadora: La victoria de Pat sobre las aerolíneas se produce justo cuando el Movimiento por los Derechos Civiles se está calentando. Hay cambios en el aire.

Manifestantes cantan y aplauden

Multitud: ♪ Libertad, libertad ♪

Runrún de motores

Presentador de noticias, material de archivo: El Congreso aprueba el proyecto de ley de derechos civiles más amplio jamás convertido en ley, reafirmando el concepto de igualdad para todos los hombres que comenzó con Lincoln y la Guerra Civil hace 100 años. Los negros ganaron en ese entonces su libertad, ahora ganan su dignidad. Cinco horas después de que la Cámara aprueba la medida, el presidente Johnson firma en la Casa Blanca la Ley de Derechos Civiles de 1964.

Voces de fondo

Phil Tiemeyer, historiador: La Ley de Derechos Civiles fue diseñada para abordar las desigualdades raciales que han sido parte de los Estados Unidos desde antes de ser fundados. Lo que se sabe menos sobre la Ley de Derechos Civiles es que las protecciones a los trabajadores para prevenir la discriminación también cubrían el sexo.

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Sonia Pressman Fuentes, abogada: Justo antes de que la aprobaran, Howard Smith, un congresista de Virginia, introdujo una enmienda para incluir la prohibición de la discriminación de género. En ese entonces se llamó “discriminación sexual”. Sorprendió a todos los presentes porque se suponía que esta ley ayudaría a la población negra.

Entrevistador, material de archivo: ¿Cuál es su opinión, señor presidente, del actual proyecto de ley de derechos civiles?

Hombre, material de archivo: Hemos tenido problemas con los llamados “derechos civiles” durante muchos años.

Sonia Pressman Fuentes, abogada: Su motivación no era clara.

Kathleen M. Barry, historiadora: Una interpretación es que lo hizo para agregar esta idea ridícula de la discriminación sexual, la cual ayudaría a que el proyecto de ley fracasara. La otra interpretación es que quería garantizar que, si esta ley les iba a brindar protecciones a los estadounidenses negros, las mujeres blancas también deberían recibir protección.

Phil Tiemeyer, historiador: Si esa es la fea realidad, no está nada mal, ¿verdad? Porque por primera vez en Estados Unidos, ahora tenemos protecciones laborales que están diseñadas para promover el acceso de las mujeres a profesiones que de otro modo estarían reservadas para los hombres.

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: Quedamos como, oh, eso es género. Incluye el género. Ahora las mujeres tienen derechos.

Patricia Ireland, escritora: La aprobación de la Ley de Derechos Civiles fue un gran paso adelante. Pero aprobar una ley no es suficiente. Ni cerca a ser suficiente. Cumples con la ley porque piensas que es bueno para, que es una buena forma de vivir. Te detienes en un semáforo en rojo para que la gente no choque entre sí. Pero si apruebas una ley que la gente no quiere obedecer, no lo va a hacer.

Phil Tiemeyer, historiador: La Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo se creó para ser el mecanismo de ejecución para garantizar que no habría discriminación en el empleo.

Recepcionista, material de archivo: Buenos días, Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo. ¿Puedo ayudarle?

Phil Tiemeyer, historiador: La expectativa, cuando abrió sus puertas la EEOC (por sus siglas en inglés), era que iban a escuchar a una cantidad de afroamericanos que habían documentado casos en donde los derechos como trabajadores se habían ignorado.

Jean Montague, auxiliar de vuelo: Me iban a despedir a los 32 años.

Motor de avión resonando

Jean Montague, auxiliar de vuelo: Dusty y yo fuimos a la EEOC para que yo pudiera presentar una denuncia. Dusty había oído decir que abrirían ese día, así que planeamos nuestro vuelo para estar ahí. Y había gente instalando máquinas de escribir, asientos y poniendo todo en orden. Acababan de abrir. En realidad, no estaban listos, en absoluto.

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Dusty Roads, auxiliar de vuelo: Estuvimos ahí el primer día. Esta mujer negra me mira y dice: “Eres libre, blanca y tienes 21 años, ¿por qué estás aquí? Todo está a tu favor”. Así que le dijimos: “Siéntate, cariño. Tengo una historia que contarte”. Y les contamos y ellos decían: “Oh. Oh”. (tecleando en una máquina de escribir). No podían creerlo.

Suena el teléfono

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Sonia Pressman Fuentes, abogada: Ingresé a la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo el 4 de octubre de 1965, tres meses después de que la agencia abriera. Fui la primera mujer abogada en la oficina del departamento jurídico, la cual trataba de responder las grandes cuestiones jurídicas que surgían al administrar la ley. (suena el teléfono). Tuvimos toneladas de denuncias presentadas por azafatas.

Tecleando

Phil Tiemeyer, historiador: No tenían idea de lo que vendría, esta expresión volcánica del anhelo de justicia por parte de mujeres que lo han mantenido reprimido durante tanto tiempo.

Teclas tintineando, teléfonos sonando

Patricia Ireland, escritora: Cuestionaron las restricciones de edad, la imposibilidad de casarse, no poder estar embarazadas y ser azafatas. Presentaron denuncia tras denuncia.

Kathleen M. Barry, historiadora: En un año, las azafatas tenían más de 100 casos.

Julia Cooke, escritora: No eran mujeres decididas a romper barreras para las mujeres. Solo querían conservar sus puestos de trabajo. Pero la EEOC no se estaba tomando muy en serio estas denuncias basadas en el género.

Sonia Pressman Fuentes, abogada: Hubo miembros que mostraron estar a favor de los derechos de las mujeres. Pero el director ejecutivo y el vicepresidente se opusieron. Y a nivel del personal, yo era la única mujer dando mi opinión. Desde temprana edad, me concientizaron del trato de segunda clase de los negros en este país. Pero era ciega al trato de segunda clase de las mujeres en este país. Nunca había hecho o pensado nada de los derechos de las mujeres, pero leí el estatuto. La ley dice que hay que manejar casos de discriminación sexual. Cuando la ley dice que algo debe investigarse, no tienes opción de decir: “No tengo ganas de hacer esa parte de la ley”.

Suena el tema principal de un programa de televisión

Hombre en un video, material de archivo: Se han vendido 50 000 copias de este libro en edición de tapa dura y se han publicado 700 000 en edición de bolsillo.

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Texto: Sí, su esposa también es un ser humano.

  1. Frank Willis, entrevistando a Betty Friedan, material de archivo: Betty Friedan, una psicóloga convertida en ama de casa, madre y autora…

Betty Friedan, material de archivo: La mística de la feminidad es el nombre que le he dado a la imagen de la mujer con la que hemos estado viviendo en EE. UU. y, de hecho, en la mayor parte del mundo occidental durante los últimos 15 o 20 años.

Titular de un periódico: Autora analiza el descontento de la mujer moderna.

Patricia Ireland, escritora: La mística de la feminidad expresó las inquietudes que experimentaban muchas mujeres de cierta clase. Le mostró a la gente la realidad: que las mujeres inteligentes, educadas y que podían hacer mucho estaban en cambio reducidas a un rol una vez se casaban y tenían hijos, y ese era el de madre y esposa.

Entrevistadora, material de archivo: Señorita Friedan, ¿cree que la sociedad está en una época de evolución...

Betty Friedan, material de archivo: Sí.

Entrevistadora, material de archivo: … y de cambio?

Betty Friedan, material de archivo: Sí y creo que nadie les va a dar nada a las mujeres. Creo que las mujeres deben comenzar a decirse “sí”, a convertirse en quienes podrían ser y a exigir de la sociedad, verdaderas soluciones.

Sonia Pressman Fuentes, abogada: Betty Friedan llegó a la EEOC porque pensó que iba a escribir un segundo libro sobre todo el progreso que ella pensó, las mujeres habían logrado. Y me vio a mí ahí, una mujer, así que se me acercó y me dijo: “¿Qué está pasando aquí, de verdad?”. Yo estaba bastante desilusionada. Había tenido una discusión con el director ejecutivo quien se oponía a los derechos de las mujeres. Le pedí a ella que viniera a mi oficina y me sinceré. Le dije: “Lo que este país necesita es una organización que luche por las mujeres, como la NAACP lucha por sus miembros”.

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Patricia Ireland, escritora: El fin de semana de Halloween de 1966, 19 mujeres y 2 hombres se reunieron en el sótano del Washington Post para formar NOW (por sus siglas en inglés), la Organización Nacional de Mujeres, que se había concebido ese verano.

Sonia Pressman Fuentes, abogada: Todos queríamos que a las mujeres las aceptaran en las instituciones educativas en igualdad de condiciones. Y que recibieran el mismo trato en el trabajo.

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Patricia Ireland, escritora: Sonia comenzó a pasarles información a dos de los otros fundadores de NOW sobre lo que la EEOC no estaba haciendo por la igualdad de las mujeres.

Sonia Pressman Fuentes, abogada: Luego redactaríamos una carta, de NOW a la EEOC, quejándonos de las acciones de la EEOC en varios sectores. Sabía que ese no era el procedimiento adecuado, pero estaba tan involucrada emocionalmente que lo hice. Para mi sorpresa, nadie jamás preguntó: “¿Cómo es posible que esta gente sepa lo que está haciendo la comisión en sus reuniones privadas?”.

Manifestantes gritando

Patricia Ireland, escritora: NOW tomó muchas direcciones para tratar de presionar a la EEOC a que hiciera cumplir la ley.

Coreando

Patricia Ireland, escritora: Usaron manifestaciones.

Mujer, material de archivo: Tenemos un abogado...

Patricia Ireland, escritora: Presentaron demandas. Fueron a la asamblea legislativa a decir: “No están haciendo cumplir su ley”.

Coreando

Catherine Mackin, material de archivo: Ida Phillips es una camarera en Florida. Le negaron un trabajo en una planta de defensa porque tenía un hijo de edad preescolar. A la compañía le pareció que el niño mantendría a la Sra. Phillips en casa con demasiada frecuencia. Ella presentó su caso en el tribunal y la Corte Suprema acordó revisarlo. La Corte Suprema está involucrada debido a la Ley de Derechos Civiles de 1964.

Dorothy Sue Cobble, historiadora: Una de las cosas que hizo la EEOC fue dar indicios de qué iba a pensar la corte de estos temas. De particular preocupación para las aerolíneas era si iba a tener que cambiar las reglas sobre el matrimonio y la edad.

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Phil Tiemeyer, historiador: En el Título VII de la Ley de Derechos Civiles se menciona una “Cualificación profesional de buena fe”.

Sonia Pressman Fuentes, abogada: Era una cláusula en el estatuto. Y quería decir que, para algunos trabajos, no es necesario contratar hombres y mujeres por igual. Por ejemplo, si estuvieras contratando una nodriza, no hay que entrevistar hombres para ese trabajo.

Dorothy Sue Cobble, historiadora: Las aerolíneas pensaron que era absolutamente necesario para su negocio tener solo mujeres, y como solo tenían mujeres, realmente no estaban discriminando.

Voces de fondo

Phil Tiemeyer, historiador: Las aerolíneas estaban seguras de que al público le gustaba tener azafatas en los aviones. De hecho, hicieron encuestas que mostraron que el 80 % del público que volaba prefería azafatas a azafatos.

Dorothy Sue Cobble, historiadora: Presionaron a la EEOC a tener audiencias para que ellos pudieran aclarar la situación.

Kathleen M. Barry, historiadora: Montaron una elaborada defensa. “Los hombres pueden servir, pero no ser encantadores. No pueden crear la energía y la atmósfera que las mujeres jóvenes pueden crear”.

Phil Tiemeyer, historiador: “Y argumentamos que un hombre no puede hacer esto en la misma capacidad que una mujer. Por lo tanto, ser mujer es esencial para el trabajo”.

Kathleen M. Barry, historiadora: La Comisión para Oportunidades en el Empleo emite su fallo… y dice que ser mujer no es en lo absoluto una cualificación para este trabajo.

Sonia Pressman Fuentes, abogada: Luego tuvieron que emitir un segundo dictamen que era: ¿Es una violación del Título VII que las aerolíneas despidan a sus azafatas a los 32 o 35 años o cuando se casan? Yo redacté el dictamen de la comisión concluyendo que era ilegal.

Phil Tiemeyer, historiador: Una opción para las aerolíneas es darse por vencidas y cambiar sus políticas de contratación y despido. Pero si es algo que aprecian tanto, van a luchar.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Yo era asistente de un médico en Washington, D.C. Llevaba la contabilidad y hacía el trabajo de secretaria. Conocí a Richard Lansdale. Él era un abogado y me enamoré. Me enamoré de él. Él me dijo: “¿Por qué no dejas lo que haces ahora y te vuelves azafata?”. Estaba trabajando 60 horas a la semana y me pagaban por 40, y no tenía vacaciones ni incapacidad. No tenía beneficios. Así que me pareció una buena idea. Fui a United y me contrataron. Cuando me contrataron, las azafatas no se podían casar. Pensé que eso estaba mal. ¿Por qué no puedes casarte? Los pilotos se pueden casar. ¿Por qué está bien que un piloto se case, pero no una azafata? No entiendo, ¿cuál es la diferencia? Estuve casada en secreto durante cuatro años. Teníamos informes de inspección llamados “vuelos de chequeo” y te evaluaban en todo.

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Evaluación de una auxiliar de vuelo: Amable y con buena personalidad. Habla y sonríe con facilidad.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Recuerdo a un supervisor que me hizo una evaluación de desempeño. Dijo que uno de mis problemas era que era demasiado tenaz. Querían a alguien que no cuestionara nada. Que hicieras lo que te decían sin desafiarlos. Me costaba trabajo no desafiarlos. Cuando comenzaron a darme “vuelos de chequeo” extras pensé: “Deben saber que estoy casada y están tratando de deshacerse de mí”.

Texto United Air Lines: El matrimonio la descalifica. La dejamos ir del empleo.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: No tuve trabajo durante nueve meses. Yo nunca quise ser ama de casa. Quería volver a estar en un avión. Y un día dije: “Al diablo con esto”. Fui al Miami Herald y les dije: “¿Quieren una historia divertida?”.

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David Brinkley, material de archivo: Esta azafata se casó en secreto. Luego, cuando admitió estar casada, la aerolínea la despidió. Esta azafata dijo hoy: “Ciertamente tienen una moral bien extraña”.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Cuando llegó a las noticias, un grupo de azafatas en Miami fue a trabajar luciendo anillos de boda. Se confabularon contra la empresa. La noticia llegó a las oficinas en Chicago. Por suerte, mi marido me dio servicios legales gratuitos y presenté una demanda.

Kathleen M. Barry, historiadora: Las azafatas cuestionan las reglas de edad y matrimonio de varias aerolíneas.

Julia Cooke, escritora: Durante los primeros años, los jueces en estos casos de discriminación sexual, apoyaron a las aerolíneas, casi unilateralmente.

Phil Tiemeyer, historiador: Luego hay un fallo crucial en el que los jueces determinan que lo esencial del trabajo de las aerolíneas es transportar personas de manera segura desde el punto A al punto B. Si ese es el trabajo esencial de una aerolínea, entonces el trabajo esencial de un auxiliar de vuelo es la seguridad. No importa si eres mujer. No importa si tienes menos de 32 años. No importa si estás casada.

Kathleen M. Barry, historiadora: Empezamos a ver consenso en los tribunales y empiezan a fallar a favor de los auxiliares de vuelo.


Titular de un periódico: United cede ante el matrimonio.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Al final resultó que tuvieron que darme pagos retroactivos y tuvieron que pagar los honorarios de mi abogado.

Dorothy Sue Cobble, historiadora: Los auxiliares de vuelo habían logrado mucho, en términos de obtener ciertos derechos laborales. Pero había mucho más por hacer.

Casey Grant, escritora: Al principio, las aeronaves eran más pequeñas así que era muy importante tener un límite de peso. Había que tener en cuenta la gasolina, el equipaje, el peso de los pasajeros y había que sumar el peso de las azafatas.

 

Mujer, material de archivo: Acuérdense de doblar las rodillas.

Narrador, material de archivo: Las chicas que vuelan vienen en varios tamaños. Hay más variedad de lo que piensa la mayoría. Pueden medir hasta uno setenta y cinco. Una aerolínea acepta chicas de hasta uno treinta y cuatro.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Tenían una tarjeta, tu tarjeta de apariencia. Te pesaban cada mes y escribían el peso.

Ann Hood, escritora: Te bajabas del avión y el supervisor te esperaba con un portapapeles. Había una báscula al pie de la escalera y si estabas medio kilo por encima del peso de cuando te contrataron, te ponían en un período de prueba y tenías tres oportunidades para perder ese peso.

Casey Grant, escritora: Tomé diuréticos. Tomé pastillas para adelgazar. Me moría de hambre. Esos fueron algunos de los trucos que todas usamos. Nos pasábamos los trucos y decíamos: “Toma este laxante, perderás kilo y medio”.

Patricia Ireland, auxiliar de vuelo: “Mira, toma Dexedrine Spansule. No te va a dar hambre en todo el día”.

Casey Grant, escritora: Por solo medio kilo podrían sacarte de la nómina.

Phil Tiemeyer, historiador: A nadie más en la aerolínea, excepto a las mujeres, les exigían este estándar. Si lo piensas en términos de un sistema de control corporal es bastante extremo.

Timbre

Kathleen M. Barry, historiadora: Los ejecutivos de las aerolíneas abordaron a las azafatas durante mucho tiempo de manera condescendiente. A pesar de que muchas cosas habían cambiado a su alrededor, los ejecutivos de las aerolíneas no parecían querer evolucionar.

Música de un comercial

Narrador de un comercial de Braniff International: Cuando una azafata de Braniff International te recibe en el avión… … estará vestida así.

Victoria Vantoch, escritora: Las aerolíneas tenían una imagen aburrida y anticuada, que inspiraba confianza, pero no era moderna ni genial.

Narrador de un comercial de Braniff International: Cuando te trae la comida, estará vestida así.

Victoria Vantoch, escritora: Braniff contrató a Emilio Pucci para diseñar los uniformes de las azafatas.

Narrador de un comercial de Braniff International: El “desvestir aéreo” de Braniff International, que cree que hasta una azafata de avión debe verse como una chica.

Continúa la música del comercial

Victoria Vantoch, escritora: Este anuncio no solo les atraía a los viajeros de negocios. Les atraía a las mujeres que quieren ser jóvenes y estar a la moda. Este fue el comienzo de una versión completamente diferente de la azafata.

♪ ♪

Phil Tiemeyer, historiador: Las aerolíneas piensan: “¿Qué tan cortas podemos hacer estas faldas?”.

Mujer en comercial de Southwest Airlines: ¿Recuerdas cómo era antes de Southwest Airlines? No tenías azafatas en pantalones cortos. ¿Recuerdas?

Publicidad de Southwest Airlines: Amor sin ataduras.

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Julia Cooke, escritora: Los precios seguían siendo fijos y las aerolíneas querían ganar cuotas de mercado de cualquier forma.

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Kathleen Heenan, auxiliar de vuelo: Había un uniforme que era un problema porque si te agachabas, se te veía el escote. Pasábamos… (se ríe), con la mano en... en el pecho.

Victoria Vantoch, escritora: TWA introdujo los vuelos con acento extranjero. Había cuatro diseños de uniformes y todos eran de papel.

Kathleen Heenan, auxiliar de vuelo: Los vestidos de papel eran de moza inglesa, de cóctel francés, una toga italiana o de penthouse en Manhattan. Yo era una moza inglesa. De pronto… querían que habláramos como Chaucer o algo así, no sé. Debías tener cuidado, primero que todo, poniéndotelo, que no se rasgara, lo que sucedía a veces. Y tenías que quitarte tu otra ropa en un baño pequeño. Y luego pasearte así a su alrededor. Era ridículo.

Comercial de TWA: Soy Diane. Tengo un 747 a Miami. Vuélame.

Comercial de TWA: Soy Terry, tengo magníficas conexiones en Miami y por todos los estados soleados de Estados Unidos. Vuélame.

Comercial de TWA: Soy Marisa. Tengo vuelos sin escalas a Miami todos los días. Vuélame.

Casey Grant, escritora: “Vuélame”. ¿Vuélame cómo? ¿Qué me vas a hacer, subirte encima mío?

Comercial de TWA: Vuélame en la mañana, la tarde o la noche. Solo di cuando.

Comercial de TWA: Soy Judy y nací para volar. Vuélame.

Kathleen Heenan, auxiliar de vuelo: Sonaba muy parecido a (silencio) me. Odiaba eso. Era realmente un insulto.

Dorothy Sue Cobble, historiadora: No solo era que los anuncios fueran degradantes de una manera abstracta. Afectaba la vida cotidiana de las mujeres de manera concreta. Hacía su trabajo mucho más difícil.

Casey Grant, escritora: Sabíamos que, al pasar, nos tocaban el trasero o fingían accidentalmente estar alcanzando algo y nos rozaban el pecho o nos acorralaban, trataban de pasar por junto para poder manosearnos.

Patricia Ireland, escritora: Los pilotos tenían un hábito, uno de ellos en particular, recuerdo que al irme a mi habitación en una escala pasó su mano por mi espalda y dijo: “Oh, veo que eres una mujer moderna. No usas sostén”.

Julia Cooke, escritora: Algunas mujeres estaban ocupadas disfrutando de sus nuevas libertades. Se sentían muy felices de tener estas libertades, de existir como seres sexuales en un mundo dispuesto a aceptarlas como tal. Pero esas campañas en particular hicieron que un sector más amplio de azafatas se levantara y dijera: “Esperen. Se pasaron de la raya”.

Zumbido de un helicóptero

Explosiones

Disparos

Phil Tiemeyer, historiador: Estaban sexualizando cada vez más a las azafatas al tiempo que el mundo se volvía más complicado. Es la hora más sombría en la Guerra Fría de EE. UU.

Motor rugiendo

Auxiliar de vuelo, material de archivo: Les damos la bienvenida a bordo del vuelo F2B3 de Flying Tiger con destino a Bien Hoa, Vietnam.

Phil Tiemeyer, historiador: En 1968, había 500 000 soldados en Vietnam en todo momento. Para mantener esas cifras, el ejército estadounidense no puede hacerlo solo. Así que contratan aerolíneas privadas. El acuerdo es que alquilan el avión con todo el personal a bordo.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Al llegar, todo era sombrío. Los soldados sabían a dónde iban.

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: Normalmente, aterrizábamos en la mitad de la noche y entrábamos y salíamos de Vietnam lo más rápido posible: unos hombres se bajaban y otros se subían. Disparaban cohetes y habría sido un buen resultado poder derribar un 747.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Al aterrizar, si escuchabas disparos, había que evacuar el avión rápidamente. Corríamos hacia los búnkeres.

Operario, por auto parlante: Por favor, puedo tener su atención en el terminal.

Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Cada vez que nos íbamos camino a casa, había toda una algarabía. (gritos de júbilo). Algunos soldados se volvieron adictos a las drogas. Recuerdo un vuelo, alguien no estaba todavía desintoxicado y tembló todo el camino de vuelta. Lo rodeé con mis brazos y lo abracé hasta que llegamos a donde íbamos y le consiguieron transporte médico.

Phil Tiemeyer, historiador: La profesión de los auxiliares de vuelo siempre ha tenido dificultad con la diferencia entre la intensidad y la seriedad del trabajo, especialmente por ser profesionales de la seguridad, y el papel público de ser deseables, serenos y encantadores. Al terminar la década de 1960 y comenzar la década de 1970 hay inestabilidad y mucha confusión.

Audiencia se ríe

Joan Rivers, material de archivo: ¡Azafata, creo que mi ventana está abierta!

Audiencia se ríe

Joan Rivers, material de archivo, imitando en burla a una azafata: Ese no es mi pasillo.

Audiencia se ríe

Joan Rivers, material de archivo: Son bien tontas. Hermosas, pero tontas.

Phil Tiemeyer, historiador: Te comercializan como a una Barbie y, sin embargo, tienes un trabajo cada vez más complejo. Hay una incompatibilidad fundamental entre las dos cosas.

Sirenas a todo volumen

Reportero, material de archivo: La escena de hoy en el aeropuerto de LaGuardia es ya bastante común, una amenaza de bomba a primeras horas de la tarde obligó la evacuación del aeropuerto.

Patricia Ireland, escritora: A finales de los sesenta, había muchas amenazas de bomba. Y una vez hay una amenaza en un avión, hay que evacuarlo y no puedes volver a subirte hasta que lo hayan autorizado. Así que hubo una amenaza y evacuamos el avión. El piloto sale de la cabina y me dice: “Mientras estamos acá, ¿le importaría cocinarme un bistec?”. Sin pensarlo, fui a la cocina y prendí el horno. Y entonces, de repente, caí en cuenta de algo. Ahí estaba yo en la cocina del avión que podría explotar en cualquier momento cocinándole un bistec a este tipo. Tuve uno de esos momentos en que todo encajó. “Espera un minuto, ¿por qué haría yo esto?”. Me bajé del avión y le dije: “Puede cocinar el bistec usted mismo. No me voy a quedar ahí”. Fue un momento decisivo para mí. (pitido del horno). Los hombres no tienen que usar gorros con su uniforme, ¿por qué nosotras sí? Los hombres no tienen que usar fajas, ¿por qué nosotras sí? Los hombres tenían habitaciones individuales, las mujeres no. Una vez que abres los ojos, no puedes volver a cerrarlos por completo.

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Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: A los 30 años, era la presidenta ejecutiva con el sindicato, lo que me daba derecho a firmar un contrato no discriminatorio con Northwest Airlines. Tenía una cláusula: las azafatas podían ser sobrecargos. El sobrecargo se encargaba de todos los trámites en los vuelos internacionales. No tenían controles de peso. Podían usar anteojos. Siempre tenían habitaciones individuales. No había ninguna razón por la que una mujer no pudiera ser sobrecargo.

Phil Tiemeyer, historiador: Si eras una mujer que quiere hacer carrera volando, lo natural sería inclinarse hacia la posición de sobrecargo para tener mejor salario. Pero ciertas aerolíneas, como Northwest, se negaban a contratar mujeres para la posición de sobrecargo.

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: En 1967, Northwest contrató por fuera a 5 hombres para ser sobrecargos. Yo llamé al director de relaciones laborales y le dije: “El contrato exige que usted publique estas posiciones de sobrecargo para todos” y lo hizo. Los hombres hacían a las azafatas sentir que ellas no tenían derecho a estas posiciones y que ser sobrecargos sería demasiado para ellas. Como presidenta ejecutiva me di cuenta de que alguien tenía que hacerlo. Entonces envié mi solicitud para esa posición. Me convertí en la primera y única sobrecargo mujer en Northwest Airlines. Cuando me convertí en sobrecargo, acepté una reducción salarial. A los sobrecargos hombres les pagaban 250 USD más al mes. No era justo. ¿Por qué deberían tratarme diferente a los hombres? Lo único que pensaba era que yo tenía la razón. Y mientras tuviera la razón, seguiría adelante. Michael Gottesman era experto en derecho laboral. Pedí una cita para verlo.

Michael H. Gottesman, abogado: Nuestra especialidad era el derecho laboral. Era lógico que nos llamara.

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: Le expuse todo el cuadro de la discriminación y cómo no teníamos ningún recurso.

Michael H. Gottesman, abogado: Al describir sus esfuerzos por conseguir el trabajo de sobrecargo, dijo sin darle importancia: “¿Sabe? En parte es ridículo porque en realidad es el mismo trabajo. Si lo tiene un hombre lo llaman sobrecargo. Si es una mujer la llaman azafata”. Habría sido un buen caso, incluso si fuera solo la forma en la que trataron a Mary Pat, pero era mucho más grande. Si le estaban pagando a cien hombres una cantidad mayor por hacer el mismo trabajo, entonces todas las azafatas tendrían derecho a un salario más alto.

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: Presentamos una demanda colectiva el 15 de julio de 1970. Al principio teníamos 40 personas. Eso nos garantizaba que fuera una demanda colectiva.

Michael H. Gottesman, abogado: Tienes que convencer al juez de que esta sería una demanda colectiva porque todas las personas reclamaban lo mismo. Y Mary Pat lideró los esfuerzos. Fue fantástica organizando.

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: Tuvimos que enseñarle a la gente que estábamos en el lado correcto de la ley y solo estábamos tratando de obligar a la empresa a obedecer la ley.

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Narrador película Los perdedores de Eastern: Eastern presenta: Los perdedores. Ella es torpe. Eh, no es muy amigable. Oh, es demasiado joven. Oh, ella es… se muerde las uñas. Usa anteojos, cariño, no al otro… Oh, ella…

Phil Tiemeyer, historiador: Conoce a los perdedores disfruta del hecho de estar rechazando a personas perfectamente atractivas y articuladas.

Narrador película Los perdedores de Eastern: Bueno, eh…

Phil Tiemeyer, historiador: Y son todas blancas. Y no es por casualidad.

Narrador película Los perdedores de Eastern: Probablemente, sean lo suficientemente buenas para conseguir un buen trabajo en donde quieran, pero en Eastern somos muy selectivos a la hora de elegir a quién lo atenderá en un avión.

Phil Tiemeyer, historiador: Eastern Airlines hace énfasis en ser todavía un método de transporte exclusivo y la promesa de exclusividad es también una promesa de exclusividad racial.

Casey Grant, escritora: La primera azafata negra la contrató Delta en 1966. Y luego me contrataron a mí en 1971. Así que estamos diciendo que pasó casi una década desde que Pat ganó su caso. Pat abrió las puertas, pero no las abrieron de una patada, fue apenas una rendija.

Mia Bay, historiadora: A principios de los años setenta, hay solamente cerca de mil mujeres negras trabajando en todas las aerolíneas juntas, pero eso es solo un tres por ciento del número total de auxiliares de vuelo en el país. La acción afirmativa fue diseñada para garantizar que contraten a los candidatos de color, si están calificados. Reemplaza el nepotismo, en donde los empleadores contratan a personas con las que se sienten más cómodos, las cuales son normalmente personas similares a ellos.

Keisha N. Blain, historiadora: Obligan a las aerolíneas a contratar personas negras. No quiere decir que quieran hacerlo.

Undra Mays, auxiliar de vuelo: Me contrataron en 1970. Una vez terminé el entrenamiento y comencé a trabajar, me di cuenta de que la empresa National Airlines no me quería a mí. Cuando veía a ciertos capitanes, sabía que el horario iba a cambiar y me iban a quitar ese vuelo porque se negaban a volar conmigo. Cuando viajábamos, tocaba compartir habitaciones. Llegábamos al hotel. Las otras tres azafatas ya lo habían discutido entre ellas. Alguien iba corriendo al hotel a reservar las habitaciones. Cuando yo llegaba al hotel, ellas ya tenían la llave y habían desaparecido. Abrían la puerta para decirme que bajara a conseguir mi propia habitación. Recuerdo que los de la recepción no podrían convencerlas de abrir la puerta y no habría más habitaciones disponibles. Y en muchas ocasiones me instalaría en un rincón. Todavía en el uniforme. Y dormiría en el vestíbulo.

Ruido del tráfico pasando

Undra Mays, auxiliar de vuelo: No había absolutamente nadie con quien pudiera discutir el problema. El sindicato tampoco me quería a mí. Si tenía un problema con mi propio supervisor, ¿a dónde quién iba a ir? Terminé llamando al Southern Poverty Law Center y les expliqué; por supuesto, me pidieron pruebas o documentos o algo y les dije: “No me los van a dar.” Y dijeron: “Bueno, haremos un par de llamadas”. No sé qué se dijo. No sé si de hecho hicieron esas llamadas. Pero de repente, las cosas comenzaron a cambiar. Mi supervisor llamó a decirme: “El director nos está pidiendo que presentemos nombres para el anuncio de Vuélame.” Y lo pensé. (timbre). Bueno. ¿No me quieren aquí? Vean esto.

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Publicidad Vuélame: Soy Undra. Tengo los únicos DC-10 y 747 a la Florida. Vuélame.

Undra Mays, auxiliar de vuelo: ¿No les gusta tenerme en el trabajo? Entonces, ¿cómo les gustará ver mi foto pegada por todas partes? La naturaleza sexual de la campaña publicitaria de “Vuélame” no me molestó. Hice el anuncio porque quería mostrarles.

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Casey Grant, escritora: Cuando veías los anuncios publicitarios nunca veías un rostro negro. Nunca te elegían para un anuncio. Así que el sexismo era secundario. No estoy aquí sentada muy sexi para promover el sexo. Represento a las azafatas negras y todo lo que logramos y lo que fuimos capaces de hacer. Entendemos la responsabilidad de las puertas que podríamos estar abriendo para que otros nos sigan.

Instructora, material de archivo: Pongan las manos afuera del agua. Empujen el agua…

Undra Mays, auxiliar de vuelo: Un par de veces al año, teníamos entrenamientos. Y una persona se detuvo y me dijo: “Hay un cartel enorme con su anuncio de la campaña publicitaria Vuélame y cuando lo vi, pensé que yo no sabía que había azafatas negras”, y luego ella fue a solicitar trabajo.

Mujer, material de archivo: ¡Día de los Derechos de la Mujer, únete a la marcha de mañana!

Periodista, material de archivo: Durante más de cuatro años, miembros de la Organización Nacional de Mujeres han hecho campaña por todo el país por más igualdad y mejores derechos civiles; hoy su movimiento es más grande y fuerte que nunca.

Manifestantes coreando

Gloria Steinem, en una entrevista, material de archivo: Este sistema inhumano de explotación cambiará, pero solo si juntos lo forzamos a cambiar.

Celebración y aplauso

Mujer, material de archivo: Nunca he sido prisionera.

Mujer 2, material de archivo: Ni me siento esclavizada o nada de eso. Amamos a los hombres y pueden ser los jefes.

Multitud, material de archivo: ¡Liberación femenina, ya!

Hombre, material de archivo: Igualdad, ¡no saben qué diablos quieren!

Exclaman con energía

Betty Friedan, en una manifestación, material de archivo: Convocamos esta huelga para enfrentar la tarea pendiente de nuestra igualdad.

Mujer, material de archivo: Soy una ama de casa y una madre feliz.

Multitud coreando: ¡Váyanse a lavar los platos! ¡Váyanse a lavar los platos!

Celebración y aplauso

Shirley Chisholm, material de archivo: No vamos a poder hacer nada a menos que empecemos a hacerlo nosotras mismas.

Celebración y aplauso

Mujer, material de archivo: He oído de esto, gracias.

Mujer 2, material de archivo: ¿Vendrá?

Mujer, material de archivo: Sí.

Mujer 2, material de archivo: ¡Qué bueno!

Periodista, material de archivo: La liberación femenina ha levantado su bonita cabeza en los cielos amistosos.

Mujer 2, material de archivo: Volantes para la primera convención nacional...

Periodista, material de archivo: Estas mujeres protestan lo que consideran ser discriminación sexual en las aerolíneas. La pregunta es si una azafata es una camarera voladora, un objeto sexual o una experta en seguridad. Parece que son un poco de las tres cosas. Pero a algunas les molesta este asunto de los objetos sexuales y formaron una organización para tratar de cambiar su imagen.

Auxiliar de vuelo, material de archivo: Me gustaría que sepa que estoy entrenada para abrir esta puerta en caso de emergencia, para responder a un ataque de epilepsia o un infarto, si usted tuviera uno. Estoy acá para ayudarle con todas esas cosas. Además, si nada de esto sucede en su vuelo, le serviré la comida y le ofreceré un coctel. Si estuviera…

Julia Cooke, escritora: En 1972, un grupo de mujeres fundó Azafatas por los Derechos de las Mujeres y estaban buscando un lugar en el amplio movimiento de las mujeres para las azafatas que estaban comprometidas con los cambios políticos y laborales.

Dorothy Sue Cobble, historiadora: Querían profesionalizar la ocupación y elevar el estatus y el respeto a su trabajo. También querían que los aviones fueran más seguros, no solo para las mujeres que trabajan en ellos y para los empleados, sino también para los pasajeros.

Mujer, material de archivo: No hay nada malo con ser azafata. Lo que está mal es la imagen que se ha dado al público. Que tenemos la cabeza hueca y que somos las tontas que te sirven la comida y se encargan de todo lo que tú quieras en el avión, sin una queja. De hecho, que no somos personas.

Dorothy Sue Cobble, historiadora: Abordaron cuestiones económicas, como el promover mujeres a posiciones de las que habían sido excluidas, pero también se enfocaron en cuestiones que no se habían considerado laborales, que tenían que ver con la apariencia, el cuidado personal y el control sobre el cuerpo de la mujer.

Mujer, material de archivo: Me agota, me enfada tanto... ciertas cosas me enojan y me entra una rabia irracional y tengo que contenerla.

Kathleen Heenan, auxiliar de vuelo: Me uní porque tenía tantas frustraciones y sentía que el sindicato no era la respuesta a muchas de estas cosas. Los representantes del sindicato eran un grupo de tipos de 50 y 60 años que no se daban cuenta de la publicidad o de la discriminación sexual. No creo que fueran capaces de entenderlo, era como si estuviéramos lidiando con personas de una generación completamente diferente.

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Julia Cooke, escritora: No creo que muchas feministas pensaran que, estas azafatas que en la superficie parecían tan complacientes, pudieran ser eficaces.

Gloria Steinem, en una entrevista, material de archivo: Creo que la experiencia de levantarse a defender los derechos propios y de los otros es contagiosa, y puede hacer olas y cambiar vidas. Es como arrojar una piedra a un estanque, las olas continúan durante mucho tiempo.

Julia Cooke, escritora: Gloria Steinem defendió los derechos de las azafatas desde el principio.

Kathleen Heenan, auxiliar de vuelo: Gloria fue un gran apoyo. Solía venir a la oficina. Sentía que las azafatas serían un buen argumento para los cambios por los que las mujeres estaban pasando. Podríamos representar una nueva era. Tenía mucha energía positiva, como: “Podemos hacerlo. Podemos luchar”.

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Dorothy Sue Cobble, historiadora: Las Azafatas por los Derechos de las Mujeres sabían cómo combatir fuego con fuego. Repartieron calcomanías para los autos e insignias que decían: “A mí no me vuelas”. Las calcomanías decían: “National, vete a volar”. (motor de avión rugiendo). Y una de las cosas que hicieron…

Auxiliar de vuelo en un comercial: Por favor, podría tener su atención.

Dorothy Sue Cobble, historiadora: … fue lo que llamaron un contracomercial.

Auxiliar de vuelo en un comercial: No me considero un objeto sexual ni una sirvienta, sino alguien capaz de abrir la puerta de un 747 en la oscuridad, boca abajo y en el agua. Hay un lugar para las fantasías, pero seamos honestos, la imagen de las azafatas como bombones no es segura a ninguna altitud. Piénselo.

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: Fuimos a juicio el 4 de diciembre de 1972. El 70 por ciento de las azafatas de Northwest Airlines hacía parte de la demanda. El juicio duró 6 semanas. Los ejecutivos de Northwest Airlines tenían que testificar.

Michael H. Gottesman, abogado: Éramos los demandantes, así que presentamos el caso.

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Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: Northwest intentó dejar claro que, por razones de seguridad, pensaba que las mujeres querrían compartir habitaciones, mientras que los hombres no… Ellos se sentían seguros en su propia habitación.

Michael H. Gottesman, abogado: ¿Por qué ponen a las mujeres en habitaciones dobles y a los hombres les permiten tener habitaciones individuales?

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: El testigo de la empresa dijo: “En los restaurantes, uno ve a las mujeres ir juntas al baño. No van solas al baño”. Esa fue su explicación. Que eso era lo que las mujeres querían. Todo el personal de la corte quedó como: “¿Qué tipo de lógica es esa?”.

Michael H. Gottesman, abogado: Y recuerdo la reacción del juez. Se recostó en el asiento y rugió. Estaba mirando para arriba y se reía.

Abril, 1974

Periodista, material de archivo: Hoy, un juez federal le ordenó a Northwest Airlines a hacer lo siguiente: pagar el salario retroactivo con intereses a las azafatas que despidió desde 1965 por tener sobrepeso, darles la diferencia de salario por pagarles menos que a los hombres desde 1968 y reembolsarles la diferencia en el costo de las habitaciones desde 1968 cuando se alojaban en habitaciones dobles mientras que los hombres estaban en habitaciones individuales.

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: El juez falló a nuestro favor en todos los puntos. Pero Northwest Airlines pudo apelar el caso.

Michael H. Gottesman, abogado: Su estrategia fue aprovechar todas las oportunidades que legalmente tenía a su disposición para aplazar el momento en el que iba a tener que pagar. Tomó 11 años.

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: Mi hermana estaba doblando la ropa y me llamó a decirme: “Patty, ganaste”. Dije: “¿Qué?”.

Presentador de noticias, material de archivo: La Corte Suprema ratificó hoy la enorme indemnización otorgada a las azafatas que demandaron a Northwest Airlines por discriminación sexual. Las mujeres …

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: Hay justicia. Eso es lo que pensé, hay justicia.

Michael H. Gottesman, abogado: Fue una gran victoria. Sesenta millones es una gran suma de dinero. Y para una auxiliar de vuelo, recibir de un solo golpe 50 000 en pagos retroactivos.

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: Las mujeres podían usar anteojos. Ya no las suspenderían por su peso. Y podríamos tener habitaciones individuales. Una azafata me envió una nota que decía que, cada vez que camina desnuda por su propia habitación, piensa en mí. (se ríe).

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Phil Tiemeyer, historiador: La victoria de Mary Pat Laffey es definitiva al decir que, en ninguna circunstancia, se le deben presentar a una mujer que hace este trabajo, estándares diferentes y desiguales a los de un hombre que hace el mismo trabajo. Para esto son los derechos laborales de las mujeres.

Dorothy Sue Cobble, historiadora: El caso de Mary Pat Laffey animó a los auxiliares de vuelo a romper convenciones y a tomar trabajos que antes les habían prohibido.

Mary Pat Laffey Inman, auxiliar de vuelo: Finalmente les permitieron a las mujeres tener los mismos beneficios que los hombres. Si eres capaz, podrías tener el trabajo de un hombre.

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Celeste Lansdale Brodigan, auxiliar de vuelo: Ahora, los auxiliares de vuelo pueden ser hombres, mayores, casados, de cualquier raza y de cualquier origen étnico. Ahora somos diferentes, igual que los pasajeros. (se ríe).

Texto: Celeste Brodigan trabajó 35 años para United Airlines. La Fuerza Aérea la condecoró por su “excepcional logro” en los vuelos chárter militares de la Guerra del Golfo.

Texto: Ann Hood voló 8 años con TWA. Publicó su primera novela en 1987 y siguió escribiendo más de una docena de libros premiados.

Texto: Patricia Ireland estudió derecho. Después de 7 años en Pan Am empezó su carrera judicial. En 1992, se convirtió en presidenta de la Organización Nacional de Mujeres.

Texto: Kathleen Heenan voló 12 años con TWA. Crio a sus tres hijos y pasó a enseñar sobre las aves en las escuelas públicas de Nueva York.

Texto: Casey Grant trabajó para Delta durante 35 años. Tiene un programa de radio y escribe libros sobre los pioneros afroamericanos de la aviación.

Texto: Jean Montague se retiró de American Airlines después de 40 años como auxiliar de vuelo.

Texto: Undra Mays se retiró en 2020 después de 50 años volando.

Texto: Después de un año como auxiliar de vuelo, Pat Banks Edminston estudió psicología. Fue admitida en 2010 en el Salón de la Fama de la Aviación Negra.

Dusty Roads, auxiliar de vuelo: No estábamos luchando por nosotras mismas. Eso es lo que lo hizo tan maravilloso. No estaba luchando por mí. Estaba luchando por la chica que estaba a mi lado.

Texto: En 1977, Dusty Roads ayudó a fundar la Asociación Profesional de Auxiliares de Vuelo que representa a más de 26 000 miembros.

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